Desde mediados del siglo XIX, con la inauguración de la línea ferroviaria de París, Lyon y Marsella en 1854, las regiones de Provenza, Alpes y Costa Azul han despertado un gran interés y se han convertido en un destino inspirador para pintores impresionistas. Estos artistas quedaron fascinados por los maravillosos paisajes, especialmente por el característico resplandor de la luz. El nombre del movimiento impresionista se originó en la pintura de Claude Monet, "Impression, soleil levant", creada en 1872, que captura la impresión del sol naciente.
Según los pintores de este movimiento, el sureste de Francia era un lugar excepcional debido a la riqueza de colores y la diversidad de paisajes. Cézanne encontró su inspiración en Aix-en-Provence, su ciudad natal, y también cerca de Marsella, en el puerto de Estaque, donde su pintura alcanzó la abstracción total. Las ciudades del sur se destacan por ser una mezcla única de paisajes y población. Van Gogh afirmó que el futuro del Nuevo Arte se encontraba en el sur de Francia.